Proyecto Parque Skate. Fase 1



Los espacios son nuestros, hay que transformarlas.
Aprendamos a ejercer la democracia, antes de exigirla.
Antecedentes
El Parque de los Fundadores en Ampliación Tepepan ha dejado de ser un espacio de convivencia para los vecinos de la colonia.
Desde su inauguración no se le ha dado mantenimiento, se encuentra sucio y los vecinos dicen que es un espacio donde hay drogadicción, delincuencia y relaciones sexuales.
Se han tomado medidas que lejos de eliminar estos problemas, los han llevado a otros lugares.
Objetivos
Lograr la organización comunitaria para convertir el Parque de los Fundadores en un espacio para el recreo, las actividades artísticas y el descanso.
Propiciar la participación política a partir de logros colectivos conseguidos por los miembros de la comunidad.
Método.
Pensamos que es igual de importante el objetivo a cumplir como el proceso de aprendizaje que lleva a ese objetivo. No pedimos a los representantes que hagan todo el trabajo que también es nuestra responsabilidad hacer. Nosotros, como vecinos organizados podemos hacerlo, podemos aprender a hacerlo y así podremos dejar de depender absolutamente de los tiempos políticos y burocráticos a los que estamos sujetos.
Nos hemos reunido con los vecinos para plantear esta problemática y para encontrar una solución a la misma en conjunto.
Fase 1.
Limpieza del parque.
La maleza que se ha generado por descuido, no permite que se puedan utilizar sus espacios verdes. La primera etapa consiste en la poda del mismo.


El FORO DE COLECTIVOS URBANOS se realizó el pasado 13 de agosto, en Ampliación Tepepan, Xochimilco, les dejamos algunos puntos explicativos:

1. El foro se realizó únicamente con recursos obtenidos de la cooperación barrial y vecinal y fue organizado por jóvenes de la colonia, no pertenecientes a ningún partido político.
2. Se solicitó el permiso de los vecinos para realizar el evento, antes de el de cualquier autoridad.
3. Se solicitó a los colectivos que plantearan los problemas que hay en su colonia y las actividades que realizan. En el transcurso de la semana subiremos el video con lo dicho por ellos.
4. Uno de nuestros objetivos es utilizar los espacios públicos y utilizarlos para difundir actividades artísticas y culturales.
5. El segundo objetivo es formar una red de colectivos, vecinos y organizaciones en el sur de la Ciudad de México.
6. Pensamos que la organización es el primer y más importante paso para generar colonias sustentables y democráticas.

Democracia aquí, ahora.

Nos cansamos de la nada, de la falta de oportunidades  y de la violencia.

Nos cansamos de la representación.

Nos cansamos de que gran parte de los representantes no representen a nadie y peor aun, no representan nada.

Nos cansamos del afán de lucro desmedido, de las pretensiones vacías, de la lucha por el poder y el dinero.

Esto ha sido muchas veces repetido, lo sabemos,no ahondemos en ello. Hagamos una pausa antes de que esto se convierta en el típico manifiesto lleno de quejas y de reclamos.

Si pensamos que los representantes no representan nada y que estamos sumidos en la violencia, la codicia y la desesperación, ¿Nosotros qué hacemos? ¿Alguna vez nos lo hemos preguntado?, ¿Podremos considerarnos con suficiente autoridad moral para hacerlo mejor? ¿Sabemos acaso cual ha sido nuestra responsabilidad en esta situación?

Eso sólo lo sabremos cuando nosotros tomemos responsabilidades y cuando nos organicemos. Por eso decimos: no queremos salir a las calles a exigir democracia, mejor aun, saldremos a ejercerla.

Sí,  estamos en contra, en contra de la corrupción del gobierno, de la desigualdad que produce este sistema económico. Pero la transformación no será de quienes ejercen el poder únicamente. No será de ellos hacia nosotros. Tendrá que ser simultánea porque en esencia somos iguales y  porque compartimos el mismo espacio. No exigiremos  sin antes transformarmos a nosotros mismos.


Esto lo decimos esto con todo respeto y comprensión: nos cansamos de las marchas.

Marcha-Mitin-Plantón.
Marcha-Mitin-Plantón.
Marcha-Mitin-Plantón.
Marcha-Mitin-Plantón.
Marcha-Mitin-Plantón.
Marcha-Mitin-Plantón.
Marcha-Mitin-Plantón.

¿Verdad que lo mismo siempre, aburre? Y peor que el aburrimiento: al gobierno le interesa un carajo.

Esta quiere ser una transfomación ética, una transformación personal, una transformación total.

Una parte de ella en la que nos exigiremos ser mejor que quienes dicen representarnos, para poder transformar las instituciones, las formas de hacer economía. Una transformación en la que se escuchen las voces de todos aquellos que crean necesario vivie mejor. En la que gestionemos y nos otorguemos herramientas para combatir la desigualdad de conocimiento, la desigualdad económica, la falta de oportunidades.

La autonomía nos muestra un camino: nos enseña a hacernos responsables, a utilizar y gestionar nuestras propias herramientas de cambio. A no depender de la representación.

Las  organización en red nos facilita el andar.  Tenemos el medio: el internet, esa red en la que  todos tenemos la misma posibilidad  de aportar y compartir; en la que la representación y la intermediación es mínima; en la que la creatividad es constituyente.


Por todo ello, les proponemos lo siguiente:

Organicénse en sus barrios, colonias, unidades. En todos aquellos lugares que compartan en común. Salgan a decidir sobre esos espacios libremente. No permitan que las reglas impuestas o los canales institucionales frenen su creatividad. No dependan de sus representantes. Tomen la mejor decisión que será aquella que decidan entre todos sus vecinos. Conozcan sus problemas y creen formas de cooperación y autosuficiencia comunitaria. No pidamos democracia, aprendamos a ajercerla.

Compartan lo que saben hacer. Sus experiencias, sus prácticas, sus conocimientos. En los momentos de crisis la solidaridad es la mejor herramienta con la que contamos. En esta transformación nos exigimos compartir y lograr que conocimiento y práctica  sean un logro común. Lo hacemos diariamente, compartimos estados de ánimo, pensamientos, conocimientos en internet. Llevemos la experiencia del  internet a la calle. Creemos una red de conocimientos con base en el trabajo comunitario y colectivo.

A la comunidad en línea les proponemos que desde sus blogs, y redes sociales transmitan esta idea, y hagan lo necesario para transformar el estado actual de las cosas. A que tomen esta idea como un código abierto, que puede ser discutido, modificado, planeado en conjunto y que la hagan suya. A que representen la idea de forma gráfica, visual, auditiva. Y que esa idea suya sea también la nuestra. Y que cuando exista la organización en sus barrios, y la idea este en más lugares, cuando hayamos ejercido de cualquier forma la democracia nos reunamos y nos conozcamos y decidamos.

Queremos conocerlos. A todos ustedes que ya trabajan para hacer comunidad o para defender sus espacios en común, sin ningún tipo de partido o ideología política en particular. Porque sabemos que podemos crear redes autosuficientes, que sean capaces de contraponerse al poder político y sobre todo, que sean capaces de transformar la vida en común.


A todos los que son capaces de transformar la cotidianeidad, nos  decimos:

No salimos a exigir democracia
 ¡Salimos a ejercerla!
¡A organizarnos en nuestros espacios en común!
¡El internet a la calle!
¡Democracia aquí, ahora!

Yolcan Ollin
Red Sin Autor.

Hacer comunidad.

Cuando el frío llega a la tierra de los patos, de repente, sin que nadie diga nada, sin que se dé una asamblea que lo decida, un pato, uno cualquiera, se levanta en vuelo. El pico dirigido hacia el sur y las alas batiendo con la fuerza de las ganas de estar mejor. Este primer pato se levanta en vuelo y sin que se voltee a decirlo, los demás se levantan en vuelo y lo siguen. Nunca preguntarán porque saben la razón del vuelo. Cuando el primer pato se cansa, se hace a un lado y aquél que sigue, lo sustituye en frente. Y así hasta llegar a la meta.
Al final del viaje, todos habrán guiado al grupo y nadie podrá decir que hay un jefe, un dirigente.
Todos habrán participado, todos habrán dirigido en común acuerdo.

 
Decir comunidad hoy en día puede significar muchas cosas. Si por un lado nos cuentan que comunidad es la sociedad en la cual vivimos, que respetar leyes y preceptos es hacer el bien de la comunidad, si nos dicen que el servidor público trabaja para la comunidad, por otro lado podemos empezar a pensar (porque tenemos los instrumentos) en otro concepto de comunidad. Ésta ya no es algo que desde arriba nos dicen que es, sino que puede ser algo que desde abajo -desde aquí mismo en donde nos encontramos-, podemos imaginar y construir.

La palabra comunidad y el concepto que en ella se esconde, tienen un origen tan sencillo como complejo para interpretarse. La palabra común da origen a ese concepto. Común es todo lo que nos une, todo lo que nos hace compartir tiempo y sueños. Común son los deseos. Común es la idea de que algo está mal, común son las ganas de romper con todo ello para transformarlo.

¿Dijimos romper? ¿Dijimos transformar?
¿Y cómo se hace?
El pato que se levanta en vuelo no tiene la respuesta. Nadie la tiene. Es mucho instinto todo esto. Es ese instinto que los hace volar hacia el sur. Es ese instinto que los hace volar hacia el lugar cálido donde puedan estar bien.

Dijimos ROMPER. La ruptura con este orden de cosas que nos dicen llamarse sociedad, se da todos los días. Se da empezando desde las ganas de soñar hasta la práctica cotidiana. La ruptura reside precisamente en el sueño de construir algo mejor, porque el mundo en el que vivimos quiere que dejemos de soñar, quiere que nos conformemos con lo poco que nos conceden, que nos quedemos quietos bajo los ritmos de la música que nos venden, que nos narcoticemos con las drogas que nos venden, que nos adecuemos a la vida que nos permiten. La ruptura reside entonces en el sueño de algo diferente. La ruptura hoy, es hacernos incompatibles con ese sistema, la ruptura es escaparnos de sus reglas demasiado estrechas para nuestros deseos. Incompatibles eso somos.

Dijimos TRANSFORMAR. La transformación al contrario no se sueña, sino que se practica. La práctica de la transformación es la práctica de lo común que nos une. 

Desde aquí abajo la bandada de patos dibuja un hermoso diseño en el cielo. Si te fijas bien, te enteras de que dibuja una red. Una red en la cual cada pato representa un nudo de un hilo invisible que los une a todos.

Somos una red, una red de individuos, de personas, de seres humanos. Somos una red de sueños antes que todo. Somos una red de prácticas, formas y actitudes. Finalmente, somos una red de conocimientos. Lo que nos hace red es la voluntad de estar en común, de compartir nuestros conocimientos para el bien común. Esa es la actitud que tenemos que tener. La voluntad de compartir, de cooperar entre nosotros y de encontrar la forma de compartir con otra gente.
Si durante el vuelo un pato se cansa, si alguno de ellos se debilita, súbitamente otros dos lo flanquean, y lo ayudan a volar, a sostenerse, porque aquí no se trata de llegar primero, sino que todos lleguen a su destino. El destino que nos hace comunes. El destino es la meta que todos queremos: estar mejor.
 
La cooperación entre nosotros, no es otra cosa que la cooperación social, la riqueza de la cual disponemos para realizar nuestros sueños. Aquí no se trata de quién tiene las ideas, o de quién tenga los medios para realizarlas, o de quién tenga el conocimiento para llevarlas a cabo. La cuestión es más bien que ese conocimiento, esa forma y esas ideas salgan de la cooperación. Todos tenemos ideas, todos somos capaces. Miramos a las instituciones educativas como el plus ultra del conocimiento, cuando al contrario, el valor alto del conocimiento se da de la experimentación, del encuentro y de las soluciones que entre todos podemos descubrir. Ese conocimiento producido por la cooperación social es la verdadera riqueza. ¿Queremos escucharlo con otras palabras? Pues, nadie sabe cómo levantar una barda, nadie sabe cómo se hace una revista, nadie sabe cómo se lleva a cabo un ciclo de películas callejeras, nadie sabe cómo se organiza una cena, nadie sabe cómo se suma el dinero para todas esas actividades, nadie sabe cómo se hace una encuesta, nadie sabe cómo se cambia al mundo. Pero tal vez entre todos, probando una y otra vez, encontremos la manera. Y ese conocimiento nadie te lo regala. Te lo sudas pero mañana ahí lo tendrás, listo para reproducirlo en cualquier parte. Y todo esto no hará más que hacer grande nuestro común y hará de nuestras ideas una riqueza inestimable.

En la red que somos, la única forma de sobrevivencia es la solidaridad. La solidaridad que tiende la mano a quien ahora no puede, que comprende el esfuerzo de todos y lo respeta. La solidaridad sincera, que critica para ayudar, que ayuda para superar, que coopera para crecer, que crece para cambiar, que cambia para mejorar, que mejora para poder, finalmente, ser felices. Pero esta solidaridad debe ser sincera y digna. Sincera cuando dice las cosas, cuando expresa dudas y certezas, cuando opina y cuando escucha. Y digna todas las veces que afirma y defiende su afirmación. Sin miedo porque nadie es estúpido. Sin temores porque ninguna idea es vacía, al contrario, todo puede enriquecer, absolutamente todo. Es necesario creerlo, nada más. 

En la Biblia, maravilloso libro de historia y de filosofía, espectacular novela, increíble metáfora de la vida del ser humano, se cuenta cuando Moisés un día decide rebelarse a los egipcios. La tiranía del faraón pide demasiado al pueblo. Y es así que se decide desobedecer a las reglas del tirano. El pueblo judío decide sustraerse al dominio. Existe el momento de la guerra, del conflicto, pero también existe el momento de la desobediencia, de la detracción. El pueblo judío, cuenta la Biblia, decide irse a otra tierra, la tierra prometida. Empieza así el éxodo. Cada quien recoge sus cosas, carga las cosas que quiere llevarse, que son para construir un nuevo país en otra tierra.

El éxodo a otra nueva tierra. El nuestro es un éxodo a otro mundo. Lo que estamos haciendo es irnos, sustraernos de este mundo hacia otro más cálido, en el cual podamos construir y realizar nuestros deseos.

Empecemos a caminar, pues, empecemos a caminar hacia otro mundo. Carguemos con nuestros sueños, recojamos nuestras ideas que son las de todos nosotr@s. Es una gran responsabilidad la de empezar a caminar juntos. Implica tender la mano a quien este cansado. Implica apretar los dientes. Implica defendernos del ejército egipcio que nos persigue, porque significa confiar en el otro y hacer que el otro confíe en ti.

La amistad

El filósofo italiano Giorgio Agamben, estudia brevemente el tema de la amistad.

Comienza al describir el carácter ambiguo de una frase de Aristóteles-puesta en duda su autenticidad por filólogos modernos-: ô phíloi, oudeís philos, "¡Oh amigos, no hay amigo”, para luego adentrarse en la pregunta:  ¿Qué es entonces la amistad? Similarmente a lo que ocurre con el sintagma "te amo", la expresión "soy tu amigo"; es de carácter performativo. Esto significa que su significado coincide con el acto de enunciar esas frases, y  más bien es un término que no puede equipararse a un adjetivo: reconocer a alguien como amigo significa no poderlo reconocer como "algo". “No se puede decir "amigo" como se dice "blanco, "italiano", "caliente" -la amistad no es una propiedad o una cualidad de un sujeto-.”

Luego de plantear esta imposibilidad de definición, regresa al estudio de la frase de Aristóteles, que se encuentra en su "Ética  para Nicomáco", en los libros octavo y noveno. Menciona algunas de sus ideas centrales: "que no se puede vivir sin amigos; que es preciso distinguir la amistad fundada sobre la utilidad o sobre el placer de la amistad virtuosa, en la cual el amigo es amado como tal; que no es posible tener muchos amigos; que la amistad a distancia tiende a producir olvido, etcétera", para luego entrar en un pasaje que le parece de especial importancia:

"Sentir que vivimos es de por sí dulce, ya que la vida es por naturaleza un bien y es dulce sentir que un bien tal nos pertenece.

Vivir es deseable, sobre todo para los buenos, ya que para ellos existir es un bien y una cosa dulce. Con-sintiendo, prueban la dulzura por el bien en sí, y lo que el hombre bueno prueba con respecto a sí, también lo prueba con respecto al amigo: el amigo es, en efecto, un otro sí mismo. Y como, para cada uno, el hecho mismo de existir es deseable, así -o casi- es para el amigo.

La existencia es deseable porque se siente que ella es una cosa buena y esta sensación es en sí misma dulce. Pero entonces también para el amigo se deberá consentir que él existe, y esto adviene en el convivir y en el tener en común (koinomeîn) acciones y pensamientos. En este sentido se dice que los hombres conviven (syzên), y no como el ganado, que comparte la pastura. [...] La amistad es, en efecto, una comunidad y, así como es con respecto a sí mismo, así también para el amigo: y como, con respecto a sí mismo, la sensación de existir es deseable, así también será para el amigo."

Para Agamben esto significa que la amistad tiene un rango ontológico y, al mismo tiempo, político. La sensación del ser está, de hecho, siempre re-partida y com-partida y la amistad nombra este compartir.

Nos dice: "La amistad pues, pertenece a la experiencia misma de la existencia.  No puede ser conceptualizada y está atravezada a su vez de una potencia política : "La expresión que hemos traducido como "compartir la pastura" es, en tò autò némesthai. Pero el verbo némo -que , como se sabe, es rico en implicaciones políticas, basta pensar en el derivado nómos- también significa: "formar parte", y la expresión aristotélica podría querer decir sencillamente "formar parte de lo mismo".

La amistad, consiste pues, en un "con-sentimiento del puro hecho de ser", lo cual para Agamben es incluso el consenso sobre el que se sustentan y confían su suerte hoy las democracias.


Juan Carlos Arjona Estévez

El presente artículo se enfoca a los aspectos de la Recomendación orientados a la protección del derecho a un medio ambiente sano, así como a los derechos conexos que permiten su mejor protección, como el derecho a la consulta y el derecho a la información. De igual forma, hará referencia a los riesgos que las y los defensores ambientales viven al buscar la protección del derecho a un medio ambiente sano. 

Violaciones a derechos humanos en relación con la Supervía Poniente 

Derecho a un medio ambiente sano

Se encuentra reconocido en el artículo 4º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y en diversos tratados internacionales de los que es parte México. En seguimiento a ello, el Gobierno del Distrito Federal aprobó diversos programas de gobierno dirigidos a la protección del derecho a un medio ambiente sano, entre ellos el Programa de Derechos Humanos del Distrito Federal (PHDHDF), el Programa de Acción Climática de la Ciudad de México 2008-2012 (PACCM) y el Plan Verde de la Ciudad de México (Plan Verde); en particular los dos últimos refieren específicamente la necesidad de desincentivar el uso del automóvil y de dar mayor impulso al transporte público eficiente y a la construcción de ciclovías. 

La edificación de la Supervía Poniente promueve prima facie el uso del transporte privado en lugar del transporte público; además, el proyecto carece de un  análisis de pertinencia del mismo en relación con otras posibilidades de conectividad del sur-poniente de la ciudad de México que tengan menores impactos ambientales y socialesy que a la vez permitan una conexión eficiente de estas dos regiones del Distrito Federal. 

Es importante resaltar que con las características que fue autorizada de manera presuntamente ilegal la Supervía Poniente, ésta tiene un impacto ambiental y social elevado. En primer lugar porque atraviesa por un área de valor ambiental (Barranca de Tarango) y por un área natural protegida con la categoría de zona de conservación (La Loma). Si bien en la creación de esta última se incluyen expresamente las obras de construcción de la Supervía como parte de la solución ambiental de la región, la Supervía no cumple con los parámetros  establecidos en su plan de manejo.

En segundo lugar, la autorización de impacto ambiental (AIA) aprobó un proyecto que careció de información completa y que, si bien fue requerida como condicionante su presentación, no permite que sean evaluados en su totalidad los impactos ambientales. 

En tercer lugar, la  Secretaría del Medio Ambiente del Distrito Federal no requirió a la concesionaria del proyecto información desglosada sobre las actividades de demolición o de retiro y/o trasplante. En cuarto lugar, el proyecto se desarrollará en un territorio donde se ubican por lo menos ocho especies con algún estatus de protección dentro de la NOM- 059-SEMARNAT-2001.

Las deficiencias con las que fue autorizado el proyecto, aún con el establecimiento de ciertas condicionantes, dañan el derecho a un medio ambiente sano y no consideran el principio internacional en materia ambiental denominado principio precautorio, por el cual la autoridad ambiental debió rechazar el proyecto.


Derecho a la información

El derecho a la información fue un derecho que se violentó en primera instancia. La información del proyecto de la Supervía Poniente es de interés público y debe ser accesible a toda la población sin necesidad de un requerimiento caso por caso (más allá de los documentos oficiales como programas de gobierno o la manifestación de impacto ambiental). Dicha información debió presentarse de forma comprensible para la población y detallando los impactos ambientales y sociales del proyecto. La carencia de esta información y de un estudio de factibilidad sobre si la Supervía Poniente es la mejor opción ambiental y social de conectividad del Sur-poniente de la ciudad de México constituyeron en sí mismos una violación al derecho a la información y al medio ambiente.

Derecho a la consulta

El derecho a un medio ambiente sano ha sido reconocido como un derecho difuso al ser no apropiable por una persona determinada; esto quiere decir que el medio ambiente (calidad del agua, del aire, etc.) consiste en bienes comunes a toda la humanidad, y por lo tanto su promoción y protección es compartida. Por lo anterior, la participación ciudadana en la  determinación de obras públicas que podrían tener un elevado impacto ambiental (como es el  caso de la Supervía Poniente) está sujeta a evaluación, con el objeto de precisar si el proyecto genera o no un desequilibrio ecológico que impida su realización, o si el impacto ambiental puede mitigarse con otras acciones.

Es por ello que la regulación mexicana, aunque deficiente, reconoce el derecho a la consulta en los procesos de evaluación de impacto ambiental. Y en particular, el Distrito Federal estableció la obligatoriedad de abrir los procesos de consulta pública y convocar a las reuniones públicas de información en todos los casos en que se presente una manifestación de impacto ambiental, cuestión que no se llevó a cabo en este proceso. 

Si bien la AIA retoma algunos de los comentarios vertidos por particulares y organizaciones de la sociedad civil, esta participación fue limitada por la información disponible. Con lo anterior se busca resaltar que se violentó el derecho a la consulta relacionado con el derecho a un medio ambiente sano. 

Protección de defensores ambientales 

La defensa del derecho a un  medio ambiente sano a través de recursos legales aún está en ciernes en México, por lo que es muy limitada. Ante ello, diversas organizaciones y movimientos sociales optan, en lugar de o como complemento de sus acciones jurídicas, por realizar otro tipo de actividades –protesta social– con el objetivo de manifestar su inconformidad ante ciertos proyectos que causarán elevados impactos ambientales y sociales. En ocasiones estas acciones son cuestionadas por la autoridad o por particulares (con aquiescencia de la autoridad), generando riesgos para la integridad y seguridad de las personas que se manifiestan. El Gobierno del Distrito Federal no garantizó y sigue sin  garantizar la integridad y seguridad de las personas que se oponen a este proyecto. 

Recomendaciones de la CDHDF

La CDHDF determinó la existencia de violaciones a los derechos humanos enunciados anteriormente. , y requirió a la autoridad que suspenda la obra hasta que se lleve a cabo una consulta pública en la que se valoren, entre otras cosas, distintas alternativas de movilidad sustentable en el sur-poniente de la ciudad de México, entre otras.

El Gobierno del Distrito Federal decidió no aceptar las recomendaciones sustanciales que violentan el derecho a un medio ambiente sano, y sólo aceptó aquellas que consideró que no le implicaban realizar nuevas acciones sino fortalecer las que viene implementando, y con cuya aceptación no se acepta la violación a la normatividad ambiental, incluida la reforma indispensable al  Reglamento de Impacto Ambiental y Riesgo, con el objetivo de alinearlo a lo establecido en la Ley Ambiental del Distrito Federal.

El proyecto de la Supervía Poniente carece de una adecuada justificación tanto social como ambiental, pues en su estructura no contempla la posibilidad de una adecuada conectividad de las avenidas principales del sur-poniente de la ciudad que beneficie el uso del transporte público. Lo anterior ha provocado el descontento de las y los habitantes que se verán  directamente afectados por la obra, situación que ha generado un conflicto social en la zona.

La falta de información en cuanto al impacto ambiental real de la obra, la opacidad con la que se han conducido las autoridades capitalinas al reservar de manera injustificada la información técnica del proyecto, y la modificación constante del trazo que se sometió a evaluación y que fue autorizado por la Secretaría han impedido que las y los habitantes del Distrito Federal puedan tener la certeza de cuáles son los impactos ambientales y sociales reales del proyecto, pues no se evaluaron de manera conjunta e integral.

Los grupos sociales que han emprendido un frente opositor del proyecto de la Supervía han sufrido actos de hostigamiento y represión por parte de autoridades del gobierno capitalino, situación que se vio reflejada en la Recomendación de la CDHDF, pues a consideración de ésta se han violentado los derechos humanos de las y los habitantes de la ciudad.

Sin embargo, y pese a que existe un pronunciamiento público de la CDHDF en el que se le  hace una serie de recomendaciones al gobierno capitalino y a diversas autoridades, éstas no han sido acatadas, situación que ha provocado  que los derechos humanos de las y los habitantes del sur de la Ciudad sigan transgrediendo.

Lupe. Roberto Bolaño





Trabajaba en la Guerrero, a pocas calles de la casa de
Julián y tenía 17 años y había perdido un hijo.
El recuerdo la hacía llorar en aquel cuarto del hotel
Trébol, espacioso y oscuro, con baño y bidet, el sitio ideal
para vivir durante algunos años. El sitio ideal para
escribir un libro de memorias apócrifas o un ramillete
de poemas de terror. Lupe era delgada y tenía las piernas largas y manchadas
como los leopardos.
La primera vez ni siquiera tuve una erección:
tampoco esperaba tener una erección. Lupe habló de su
vida y de lo que para ella era la felicidad.
Al cabo de una semana nos volvimos a ver. La encontré
en una esquina junto a otras putitas adolescentes,
apoyada en los guardabarros de un viejo Cadillac.
Creo que nos alegramos de vernos. A partir de entonces
Lupe empezó a contarme cosas de su vida, a veces
llorando, a veces cogiendo, casi siempre desnudos en la cama,
mirando el cielorraso tomados de la mano.
Su hijo nació enfermo y Lupe prometió a la Virgen
que dejaría el oficio si su bebé se curaba.
Mantuvo la promesa un mes o dos y luego tuvo que
volver. Poco después su hijo murió y Lupe decía que la culpa
era suya por no cumplir con la Virgen.
La Virgen se llevó al angelito por una promesa no
sostenida. Ya no sabía qué decirle.
Me gustaban los niños, seguro,
pero aún faltaban muchos años para que supiera
lo que era tener un hijo.
Así que me quedaba callado y pensaba en lo extraño
que resultaba el silencio de aquel hotel.
O tenía las paredes muy gruesas o éramos los únicos
ocupantes o los demás no abrían la boca ni para gemir.
Era tan fácil manejar a Lupe y sentirte hombre
y sentirte desgraciado. Era fácil acompasarla
a tu ritmo y era fácil escucharla referir
las últimas películas de terror que había visto
en el cine Bucareli.
Sus piernas de leopardo se anudaban en mi cintura
y hundía su cabeza en mi pecho buscando mis pezones
o el latido de mi corazón.
Eso es lo que quiero chuparte, me dijo una noche.
¿Qué, Lupe? El corazón.













Me desperté en medio de la sequedad y los helechos estaban muertos,
las plantas amarillas como maíz en sus tiestos;
mi mujer se había marchado
y las botellas vacías como cadáveres desangrados
me rodean con su inutilidad;
sin embargo seguía brillando el sol,
y la nota de mi casera estaba arrugada en una
amarillez agradable e inofensiva, ahora lo que era
necesario
era un buen comediante, al viejo estilo, un bufón
que bromee sobre el dolor absurdo; el dolor
es absurdo,
porque existe, nada más;
Me afeité cuidadosamente con una maquinita vieja
el hombre que había sido joven una vez y
había dicho que era un genio; pero
esa es la tragedia de las hojas,
de los helechos muertos, de las plantas muertas;
y me dirigí al oscuro vestíbulo
donde estaba la casera
terminante y cargada de maldiciones,
mandándome al infierno,
agitando sus brazos gruesos y sudorosos
y gritando, pidiendo a gritos el alquiler
porque el mundo nos había fallado
a ambos.



                                                             Y sé que a la princesa

                                                             Leia irán dirigidas mis últimas palabras

                                                             cuando la luz se apague, y que repetiré

                                                             su nombre en mi agonía, como si ella tuviese

                                                             un nombre, antes de hundirme en la noche total.


                                                                                                  Luis Alberto de Cuenca

Te conocí en las noches de mi infancia.
Tenías 18 años y eras una sola mujer:
Leia Organa,
Senadora y Princesa de este corazón más roto y fragmentado
que tu soberana Alderaán.

Te perseguí por los viejos cines de barrio,
tuve tus posters en los muros de mi cuarto stickers en mi ventana
y repetí de memoria cada una de tus palabras.
Tú eras mía y desde entonces siempre lo has sido
Eras la primera, la única y la última de mis mujeres.

Algo de ti tiene hoy mi soledad.
Algo de tu belleza este rencor y cobardía
frente a postales de planetas con dos soles
y naves que huyen con aprendices, piratas mercenarios y viejos guerreros.

Princesa Leia, regresas vestida de novia.
Por qué ese ademán de tristeza cuando oyes la suite de la Batalla de Yavín
Por qué esos gestos si a este amor lo pronuncia un idioma que no nos pertenece
Cuántos siglos, cuántas millas y a qué velocidad viajaron tus lágrimas
para llegar a este cuerpo.
Ante cuál religión te persignas cada día,
ante qué rituales inclinas tu cabeza, pequeña princesa.

Ahora que la vejez llega con sus finos deterioros,
a esta edad que es más lenta que la tuya.
Ahora que llega con sus polvos en las estanterías
yo deseo cantar, pequeña princesa
del mismo modo que te amo:
igual que una gota de aceite extraviada en el universo
más y más lejos de mi muerte.

Si de niño
jugaba a encontrar tesoros en el centro de la tierra
o gigantes criaturas y grandes minerales en el espacio
y pintaba mapas en cuadernos cuadriculados
Qué diré de este amor de lápices de colores y papel mantequilla
Que nunca tuvo horóscopos, canciones ni peluches.
Qué diré de ese amor que pronuncia tu nombre y dibuja tu rostro
mientras me recoges una vez más,
          como ayer, como en el cine matinal,
como en los sueños que nunca pude atrapar,
como la primera navidad o el último halloween.
Me recoges como antes y como hoy,
Leia Organa de Alderaán,
la primera, la única y la última de mis mujeres

y siempre vestida de novia.


 

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