Juan Carlos Arjona Estévez

El presente artículo se enfoca a los aspectos de la Recomendación orientados a la protección del derecho a un medio ambiente sano, así como a los derechos conexos que permiten su mejor protección, como el derecho a la consulta y el derecho a la información. De igual forma, hará referencia a los riesgos que las y los defensores ambientales viven al buscar la protección del derecho a un medio ambiente sano. 

Violaciones a derechos humanos en relación con la Supervía Poniente 

Derecho a un medio ambiente sano

Se encuentra reconocido en el artículo 4º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y en diversos tratados internacionales de los que es parte México. En seguimiento a ello, el Gobierno del Distrito Federal aprobó diversos programas de gobierno dirigidos a la protección del derecho a un medio ambiente sano, entre ellos el Programa de Derechos Humanos del Distrito Federal (PHDHDF), el Programa de Acción Climática de la Ciudad de México 2008-2012 (PACCM) y el Plan Verde de la Ciudad de México (Plan Verde); en particular los dos últimos refieren específicamente la necesidad de desincentivar el uso del automóvil y de dar mayor impulso al transporte público eficiente y a la construcción de ciclovías. 

La edificación de la Supervía Poniente promueve prima facie el uso del transporte privado en lugar del transporte público; además, el proyecto carece de un  análisis de pertinencia del mismo en relación con otras posibilidades de conectividad del sur-poniente de la ciudad de México que tengan menores impactos ambientales y socialesy que a la vez permitan una conexión eficiente de estas dos regiones del Distrito Federal. 

Es importante resaltar que con las características que fue autorizada de manera presuntamente ilegal la Supervía Poniente, ésta tiene un impacto ambiental y social elevado. En primer lugar porque atraviesa por un área de valor ambiental (Barranca de Tarango) y por un área natural protegida con la categoría de zona de conservación (La Loma). Si bien en la creación de esta última se incluyen expresamente las obras de construcción de la Supervía como parte de la solución ambiental de la región, la Supervía no cumple con los parámetros  establecidos en su plan de manejo.

En segundo lugar, la autorización de impacto ambiental (AIA) aprobó un proyecto que careció de información completa y que, si bien fue requerida como condicionante su presentación, no permite que sean evaluados en su totalidad los impactos ambientales. 

En tercer lugar, la  Secretaría del Medio Ambiente del Distrito Federal no requirió a la concesionaria del proyecto información desglosada sobre las actividades de demolición o de retiro y/o trasplante. En cuarto lugar, el proyecto se desarrollará en un territorio donde se ubican por lo menos ocho especies con algún estatus de protección dentro de la NOM- 059-SEMARNAT-2001.

Las deficiencias con las que fue autorizado el proyecto, aún con el establecimiento de ciertas condicionantes, dañan el derecho a un medio ambiente sano y no consideran el principio internacional en materia ambiental denominado principio precautorio, por el cual la autoridad ambiental debió rechazar el proyecto.


Derecho a la información

El derecho a la información fue un derecho que se violentó en primera instancia. La información del proyecto de la Supervía Poniente es de interés público y debe ser accesible a toda la población sin necesidad de un requerimiento caso por caso (más allá de los documentos oficiales como programas de gobierno o la manifestación de impacto ambiental). Dicha información debió presentarse de forma comprensible para la población y detallando los impactos ambientales y sociales del proyecto. La carencia de esta información y de un estudio de factibilidad sobre si la Supervía Poniente es la mejor opción ambiental y social de conectividad del Sur-poniente de la ciudad de México constituyeron en sí mismos una violación al derecho a la información y al medio ambiente.

Derecho a la consulta

El derecho a un medio ambiente sano ha sido reconocido como un derecho difuso al ser no apropiable por una persona determinada; esto quiere decir que el medio ambiente (calidad del agua, del aire, etc.) consiste en bienes comunes a toda la humanidad, y por lo tanto su promoción y protección es compartida. Por lo anterior, la participación ciudadana en la  determinación de obras públicas que podrían tener un elevado impacto ambiental (como es el  caso de la Supervía Poniente) está sujeta a evaluación, con el objeto de precisar si el proyecto genera o no un desequilibrio ecológico que impida su realización, o si el impacto ambiental puede mitigarse con otras acciones.

Es por ello que la regulación mexicana, aunque deficiente, reconoce el derecho a la consulta en los procesos de evaluación de impacto ambiental. Y en particular, el Distrito Federal estableció la obligatoriedad de abrir los procesos de consulta pública y convocar a las reuniones públicas de información en todos los casos en que se presente una manifestación de impacto ambiental, cuestión que no se llevó a cabo en este proceso. 

Si bien la AIA retoma algunos de los comentarios vertidos por particulares y organizaciones de la sociedad civil, esta participación fue limitada por la información disponible. Con lo anterior se busca resaltar que se violentó el derecho a la consulta relacionado con el derecho a un medio ambiente sano. 

Protección de defensores ambientales 

La defensa del derecho a un  medio ambiente sano a través de recursos legales aún está en ciernes en México, por lo que es muy limitada. Ante ello, diversas organizaciones y movimientos sociales optan, en lugar de o como complemento de sus acciones jurídicas, por realizar otro tipo de actividades –protesta social– con el objetivo de manifestar su inconformidad ante ciertos proyectos que causarán elevados impactos ambientales y sociales. En ocasiones estas acciones son cuestionadas por la autoridad o por particulares (con aquiescencia de la autoridad), generando riesgos para la integridad y seguridad de las personas que se manifiestan. El Gobierno del Distrito Federal no garantizó y sigue sin  garantizar la integridad y seguridad de las personas que se oponen a este proyecto. 

Recomendaciones de la CDHDF

La CDHDF determinó la existencia de violaciones a los derechos humanos enunciados anteriormente. , y requirió a la autoridad que suspenda la obra hasta que se lleve a cabo una consulta pública en la que se valoren, entre otras cosas, distintas alternativas de movilidad sustentable en el sur-poniente de la ciudad de México, entre otras.

El Gobierno del Distrito Federal decidió no aceptar las recomendaciones sustanciales que violentan el derecho a un medio ambiente sano, y sólo aceptó aquellas que consideró que no le implicaban realizar nuevas acciones sino fortalecer las que viene implementando, y con cuya aceptación no se acepta la violación a la normatividad ambiental, incluida la reforma indispensable al  Reglamento de Impacto Ambiental y Riesgo, con el objetivo de alinearlo a lo establecido en la Ley Ambiental del Distrito Federal.

El proyecto de la Supervía Poniente carece de una adecuada justificación tanto social como ambiental, pues en su estructura no contempla la posibilidad de una adecuada conectividad de las avenidas principales del sur-poniente de la ciudad que beneficie el uso del transporte público. Lo anterior ha provocado el descontento de las y los habitantes que se verán  directamente afectados por la obra, situación que ha generado un conflicto social en la zona.

La falta de información en cuanto al impacto ambiental real de la obra, la opacidad con la que se han conducido las autoridades capitalinas al reservar de manera injustificada la información técnica del proyecto, y la modificación constante del trazo que se sometió a evaluación y que fue autorizado por la Secretaría han impedido que las y los habitantes del Distrito Federal puedan tener la certeza de cuáles son los impactos ambientales y sociales reales del proyecto, pues no se evaluaron de manera conjunta e integral.

Los grupos sociales que han emprendido un frente opositor del proyecto de la Supervía han sufrido actos de hostigamiento y represión por parte de autoridades del gobierno capitalino, situación que se vio reflejada en la Recomendación de la CDHDF, pues a consideración de ésta se han violentado los derechos humanos de las y los habitantes de la ciudad.

Sin embargo, y pese a que existe un pronunciamiento público de la CDHDF en el que se le  hace una serie de recomendaciones al gobierno capitalino y a diversas autoridades, éstas no han sido acatadas, situación que ha provocado  que los derechos humanos de las y los habitantes del sur de la Ciudad sigan transgrediendo.

Lupe. Roberto Bolaño





Trabajaba en la Guerrero, a pocas calles de la casa de
Julián y tenía 17 años y había perdido un hijo.
El recuerdo la hacía llorar en aquel cuarto del hotel
Trébol, espacioso y oscuro, con baño y bidet, el sitio ideal
para vivir durante algunos años. El sitio ideal para
escribir un libro de memorias apócrifas o un ramillete
de poemas de terror. Lupe era delgada y tenía las piernas largas y manchadas
como los leopardos.
La primera vez ni siquiera tuve una erección:
tampoco esperaba tener una erección. Lupe habló de su
vida y de lo que para ella era la felicidad.
Al cabo de una semana nos volvimos a ver. La encontré
en una esquina junto a otras putitas adolescentes,
apoyada en los guardabarros de un viejo Cadillac.
Creo que nos alegramos de vernos. A partir de entonces
Lupe empezó a contarme cosas de su vida, a veces
llorando, a veces cogiendo, casi siempre desnudos en la cama,
mirando el cielorraso tomados de la mano.
Su hijo nació enfermo y Lupe prometió a la Virgen
que dejaría el oficio si su bebé se curaba.
Mantuvo la promesa un mes o dos y luego tuvo que
volver. Poco después su hijo murió y Lupe decía que la culpa
era suya por no cumplir con la Virgen.
La Virgen se llevó al angelito por una promesa no
sostenida. Ya no sabía qué decirle.
Me gustaban los niños, seguro,
pero aún faltaban muchos años para que supiera
lo que era tener un hijo.
Así que me quedaba callado y pensaba en lo extraño
que resultaba el silencio de aquel hotel.
O tenía las paredes muy gruesas o éramos los únicos
ocupantes o los demás no abrían la boca ni para gemir.
Era tan fácil manejar a Lupe y sentirte hombre
y sentirte desgraciado. Era fácil acompasarla
a tu ritmo y era fácil escucharla referir
las últimas películas de terror que había visto
en el cine Bucareli.
Sus piernas de leopardo se anudaban en mi cintura
y hundía su cabeza en mi pecho buscando mis pezones
o el latido de mi corazón.
Eso es lo que quiero chuparte, me dijo una noche.
¿Qué, Lupe? El corazón.













Me desperté en medio de la sequedad y los helechos estaban muertos,
las plantas amarillas como maíz en sus tiestos;
mi mujer se había marchado
y las botellas vacías como cadáveres desangrados
me rodean con su inutilidad;
sin embargo seguía brillando el sol,
y la nota de mi casera estaba arrugada en una
amarillez agradable e inofensiva, ahora lo que era
necesario
era un buen comediante, al viejo estilo, un bufón
que bromee sobre el dolor absurdo; el dolor
es absurdo,
porque existe, nada más;
Me afeité cuidadosamente con una maquinita vieja
el hombre que había sido joven una vez y
había dicho que era un genio; pero
esa es la tragedia de las hojas,
de los helechos muertos, de las plantas muertas;
y me dirigí al oscuro vestíbulo
donde estaba la casera
terminante y cargada de maldiciones,
mandándome al infierno,
agitando sus brazos gruesos y sudorosos
y gritando, pidiendo a gritos el alquiler
porque el mundo nos había fallado
a ambos.



                                                             Y sé que a la princesa

                                                             Leia irán dirigidas mis últimas palabras

                                                             cuando la luz se apague, y que repetiré

                                                             su nombre en mi agonía, como si ella tuviese

                                                             un nombre, antes de hundirme en la noche total.


                                                                                                  Luis Alberto de Cuenca

Te conocí en las noches de mi infancia.
Tenías 18 años y eras una sola mujer:
Leia Organa,
Senadora y Princesa de este corazón más roto y fragmentado
que tu soberana Alderaán.

Te perseguí por los viejos cines de barrio,
tuve tus posters en los muros de mi cuarto stickers en mi ventana
y repetí de memoria cada una de tus palabras.
Tú eras mía y desde entonces siempre lo has sido
Eras la primera, la única y la última de mis mujeres.

Algo de ti tiene hoy mi soledad.
Algo de tu belleza este rencor y cobardía
frente a postales de planetas con dos soles
y naves que huyen con aprendices, piratas mercenarios y viejos guerreros.

Princesa Leia, regresas vestida de novia.
Por qué ese ademán de tristeza cuando oyes la suite de la Batalla de Yavín
Por qué esos gestos si a este amor lo pronuncia un idioma que no nos pertenece
Cuántos siglos, cuántas millas y a qué velocidad viajaron tus lágrimas
para llegar a este cuerpo.
Ante cuál religión te persignas cada día,
ante qué rituales inclinas tu cabeza, pequeña princesa.

Ahora que la vejez llega con sus finos deterioros,
a esta edad que es más lenta que la tuya.
Ahora que llega con sus polvos en las estanterías
yo deseo cantar, pequeña princesa
del mismo modo que te amo:
igual que una gota de aceite extraviada en el universo
más y más lejos de mi muerte.

Si de niño
jugaba a encontrar tesoros en el centro de la tierra
o gigantes criaturas y grandes minerales en el espacio
y pintaba mapas en cuadernos cuadriculados
Qué diré de este amor de lápices de colores y papel mantequilla
Que nunca tuvo horóscopos, canciones ni peluches.
Qué diré de ese amor que pronuncia tu nombre y dibuja tu rostro
mientras me recoges una vez más,
          como ayer, como en el cine matinal,
como en los sueños que nunca pude atrapar,
como la primera navidad o el último halloween.
Me recoges como antes y como hoy,
Leia Organa de Alderaán,
la primera, la única y la última de mis mujeres

y siempre vestida de novia.

Revolución. Enrique Lihn.



No toco la trompeta ni subo a la tribuna
De la revolución prefiero la necesidad de conversar entre amigos
aunque sea por las razones más débiles
hasta diletando; y soy, como se ve, un pequeño burgués no vergonzante
que ya en loss años treinta y pico sospechaba que detrás del amor a los pobres de los sagrados corazones
se escondía una monstruosa duplicidad
y que en el cielo habría una puerta de servicio
para hacer el reparto de las sobras entre los mismos mendigos que se restregaban aquí abajo contra los flancos de la Iglesia
en ese barrio uncioso pero de cuello y corbata
frío de corazón ornamental
La revolución
es el nacimiento del espíritu critico y las perplejidades que le duelen al imago en los lugares en que se ha completado para una tarea por ahora incomprensible
y en nombre de la razón la cabeza vacila
y otras cabezas caen en un cesto
y uno se siente solitario y cruel
víctima de las incalculables injusticias que efectivamente no se hacen esperar y empiezan a sumarse en el horizonte de lo que era de rigor llamar entonces la vida
y su famosa sonrisa.







Sé de cobradores. Conozco sus poderes persuasivos y su búsqueda desesperada por derrotar al deudor, como si se tratara de una lucha entre el bien y el mal. En la casa de mi infancia derrotamos a tantos acreedores como nos fue posible y a veces sólo por el placer de una victoria, pero quedé traumatizado. Dejamos de pagar cuentas ridículas. Uno de nuestros principios era éste: nunca pagues a tiempo y si puedes, te haces de humo.

La divisa inquebrantable: nunca abras la puerta sin preguntar quién, podrían ser los cobradores. Los tiempos cambian, los acreedores utilizan métodos sofisticados, tecnología de punta y punto.

Esa edad dorada de la huída ha tocado a su fin. Nunca más podrán repetirse las hazañas que le dieron fama y prestigio a mi familia: los abonos de la aspiradora que nunca pagamos, no sé si el cobrador terminó en un psiquiátrico. Vuelva mañana, fórmula clave que se pronunciaba en voz alta, en baja decíamos para nosotros mismos: al fin que no le vamos a pagar. La cuenta en la miscelánea de Efraín nunca se cubrió en su totalidad. Efra era un pan de Dios, quizá se enamoró de mi madre y con esa cuenta impagada sintió un derecho del alma al amor secreto. Pagar la renta era un calvario. Se acumulaban tres, cuatro meses y el casero se arrancaba los pelos. Esta audacia nos costó el desahucio. Un día acabamos en la calle con todo y muebles. La verdad es que las finanzas de la casa estaba rotas y cuando fluían los centavos los usábamos en todo menos en las deudas que nos agobiaban.

Recordé estas historias de dinero la mañana del domingo en que sonó el teléfono a las ocho de la mañana y una voz de mujer decidida a cualquier cosa con tal de cobrar una cuenta me dijo:
—¿Conoce usted a Fulana de Tal? –pronunció el nombre como si me acusara de un delito grave.
—No conozco a esa persona —repuse con salvaje decisión.
A mí no me ponen trampas los cobradores, por modernos que sean. Conozco bien a Fulana de Tal, no sólo la conozco, forma parte de mi familia.

Fulana volvió a las andadas, informé en la casa y volví a mis actividades de domingo que consisten en nada más que dormir. No supe lo que hice. A partir de ese día, los cobradores de Banamex, un banco con el que yo no tengo nada que ver, ni me interesa saber si pertenece a City Group o a quién y si Roberto Hernández se enriqueció de mala manera comprándolo a precio de risa. Insisto, me importa un cacahuate, pero yo a ellos les importo pues decía, desde aquella mañana en que negué mi parentesco con Fulana, una mujer o un hombre habla a la casa tres o cuatros veces al día y a las horas más dolorosas: las once de la noche, las siete de la mañana. No miento ni exagero.

No quise ser descortés con Fulana, pero el martes de febrero en que sonó el teléfono, a las diez de la noche, y oí una grabación exhortando al pago de una deuda, pensé que había que tomar cartas en el asunto pues reconocí al final que yo era la referencia de no sé qué tarjeta crediticia. Informé en casa que Fulana no pagaba sus créditos.
Volví a la vieja casa de infancia donde no se pagaban las deudas ni a balazos.
–¿Me comunica con Fulana?
Oí la voz en el teléfono y una queja torrencial cuando le conté de las llamadas a deshoras:

–Te cuento: hay empresas que compran deuda de los bancos y se dedican a cobrar de mala manera –había en su voz el tono terrible del agravio.

–Oye, Fuli, llámales para que desactiven la orden de llamar a mi casa.

Sentí nostalgia de aquellos años en que burlábamos a los mejores cobradores, incluso si venían con actuarios. Si alguien quiere cobrar acompañado de un actuario, usted puede estar convencido de que van a embargarle sus bienes.

Los acreedores se han armado hasta los dientes, mientras que los deudores no hemos avanzado en nada que no sea la mentira y la posposición. Venga mañana y aquí le doy un adelanto. ¿Cuánto es un adelanto? Doscientos pesos, no sé, quizás trescientos para que el embargo no tenga efecto.

Tenemos que usar la imaginación y renovarnos. Fulana me cae bien. Quiere vivir como se vivía en 1965. Yo también, soy un cronista de guardia que busca su pasado.

Lisa. Roberto Bolaño



Cuando Lisa me dijo que había hecho el amor
Con otro, en la vida cabina telefónica de aquel
Almacén de la Tepeyac, creí que el mundo
Se acababa para mí. Un tipo alto y flaco y
Con el pelo largo y una verga larga que no esperó
Más de una cita para penetrarla hasta el fondo.
No es algo serio, dijo ella, pero es
La mejor manera de sacarte de mi vida.
Parménides García Saldaña tenía el pelo largo y hubiera
Podido ser el amante de Lisa, pero algunos
Años después supe que había muerto en una clínica psiquiátrica
O que se había suicidado. Lisa ya no quería
Acostarse más con perdedores. A veces sueño
Con ella y la veo feliz y fría en un México
Diseñado por Lovecraft. Escuchamos música
(Canned Heat, uno de los grupos preferidos
De Parménides García Saldaña) y luego hicimos
El amor tres veces. La primera se vino dentro de mí,
La segunda se vino en mi boca y la tercera, apenas un hilo
De agua, un corto hilo de pescar, entre mis pechos. Y todo
En dos horas, dijo Lisa. Las dos peores horas de mi vida,
Dije desde el otro lado del teléfono.


Los coordinadores territoriales, subdelegados, representantes comunales y ejidales de los pueblos originarios de Milpa Alta, Xochimilco, Tlalpan, Tláhuac y Magdalena Contreras en compañía del diputado Horacio Martínez Meza en su calidad de Presidente de la Comisión de Asuntos Indígenas, Pueblos y Barrios Originarios y Atención a Migrantes de la ALDF, presentaron una Queja en la Comisión Nacional de Derechos Humanos - CNDH en contra de la Secretaria de Comunicaciones y Transportes por el proyecto carretero Arco Sur.

El proyecto carretero Arco Sur es impulsado con el objetivo de comunicar a los Estados de México, Morelos y Puebla, dicho proyecto consiste en la construcción de una autopista de seis carriles con 62 kilómetros de longitud.

La obra se realizará entre el entronque La Venta, sobre la autopista México-Toluca, la autopista México-Cuernavaca a la altura de Topilejo y la autopista México-Puebla, como parte del anillo exterior de la zona metropolitana de la ciudad de México. Sin embargo, esta obra traerá consigo varias afectaciones, generando un fuerte impacto ambiental en una zona de vital importancia para la ciudad, ya que el trazo de esta obra de infraestructura carretera fraccionaría la Sierra de Chichinautzin, importante zona de recarga del acuífero del valle de México detonando el desarrollo inmobiliario, además esté hábitat presta otros servicios ambientales, como la captación de dióxido de carbono.

En el escrito de Queja se exhorta a la CNDH para que esta establezca las medidas precautorias, a fin de garantizar que la Secretaría de Comunicaciones y Transportes no violente el derecho de los pueblos originarios a tener información oportuna y veraz, a ser consultados para la obtención de su consentimiento, así como también para tutelar su derecho a la integridad de sus tierras y territorio.

Es trascendental el establecimiento de una mesa de diálogo y coordinación con las representaciones ejidales y comunales, autoridades tradicionales de los pueblos originarios afectados; en las que participen también las autoridades locales y federales directamente involucradas en la realización del proyecto Arco Sur de la Ciudad de México.

Horacio Martínez Meza aseguró que se debe observar en todo momento los principios establecidos en el Convenio 169 de la OIT y la Declaración de Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, que establecen la obligación del Estado mexicano, ha consultar a los pueblos originarios con el objeto de obtener su consentimiento previo, libre e informado o llegar a un acuerdo en las medidas a proponer, sean de carácter legislativo.

“Somos una legión, no perdonamos, no olvidamos, espéranos. Anonymous”, ese es el lema de una legión de activistas que luchan por la transparencia, la libertad de expresión y los derechos humanos. Sus anuncios y comunicados no los hacen portavoces. No hay rostros, simplemente una máscara: la del anarquista revolucionario de V de Vendetta, la novela de Alan Moore que inspiró la película protagonizada por Natalie Portman y Hugo Weaving en 2006.

Por: Redacción / Sinembargo Fecha: agosto 8, 2011 - 11:08 | Un comentario



1. Activa desde 2006, no es sino hasta 2010 que este movimiento comienza a tomar fuerza. Difícil de entender, porque su origen es la Red misma, se ha ido tejiendo de boca en boca o, mejor dicho, de mensaje en mensaje, de idea en idea, siempre con una posición de reclamo de un mundo cínico, corrupto e injusto.



2. El detonador del movimiento fue el caso de Wikileaks y la persecución a su fundador, Julian Assange. Ahí se fortalecieron las ideas de los Anonymous: transparencia, derechos humanos, libertad de expresión, pues para ellos el objetivo de la web es destapar los secretos de organizaciones poderosas y ponerlos a disposición de público.



3. Según The Guardian, diario que ha tenido acceso a algunos de sus integrantes, no todos sus miembros son hackers, más bien estos son minoría. La mayoría son ciberactivistas que participan en la conversación online y, ocasionalmente, en las protestas en las calles. Cualquier persona puede unirse a Anonymous en cualquier momento. Sólo hay que sumarse a la conversación en webs como www.whyweprotest.net



4. El arma de los ciberactivistas son los DDoS (Ataque Distribuido de Denegación de Servicio), que permite realizar operaciones con alto impacto mediático y que afectan la imagen de la marca, del gobierno o la institución contra la que se dirigen. Con los DDoS se envían, al mismo tiempo, miles de peticiones a un servidor para que se colapse.



5. Algunos de los principales ataques del grupo en este año son: contra la web del gobierno español, el 16 de enero; Operación Goya, el 13 de febrero contra la Academia de Cine de España; Operation Tunisia, en enero de 2011; Protestas en Egipto, contra el gobierno de Hosni Mubarak en enero de 2011; HBGary Federal, contra Aaron Barr, director ejecutivo de la firma de seguridad informática HBGary Federal, en febrero de 2011; Operación Tequila, en México, en febrero de 2011; Operación Sony, contra sitios web de la empresa, en abril de 2011; Operation Colombia, contra webs del gobierno colombiano, en abril de 2011; Operación Tormenta del Sur, en Chile, en mayo de 2011; Acampada Sol (15M), en España, en mayo de 2011; Operación AntiSec, contra todo “gobierno, organización o agencia que tratara de coartar la libertad en la red, en junio de 2011; Apple Operation, contra la web de la empresa de Steve Jobs, en julio de 2011.



6. Su poder ha aumentado, en agosto de esta año Anonymous se coló en los sistemas informáticos de unas 70 páginas web vinculadas con las fuerzas de seguridad en Estados Unidos (FBI) y Reino Unido. Según la información obtenida por Associated Press, el grupo habría robado 10 gigabites de datos que incluyen direcciones de correo electrónico, números de tarjetas de crédito y otra información de agentes locales.



7. También el 7 de agosto, Anonymos informó que prepara un arma basada en JavaScript, que explota vulnerabilidades para crear un “impacto devastador” en los servidores de destino. El grupo bautizó el arma como “RefRef”, un software que sustituirá a Low Orbit Ion Canon (LOIC), utilizada por Anonymous para llevar a cabo sus campañas de ataques de denegación de servicio. LOIC es también la razón por la que varias personas de Anonymous fueron detenidas el año pasado y por eso el grupo considera esta herramienta caduca.



8. Desde YouTube y Twitter, el grupo dio a conocer el 5 de agosto su plan para desaparecer, en definitiva, a Facebook, bautizado como “Operación Facebook” (#OpFacebook). Ésta tendrá lugar el 5 de noviembre de 2011. El enojo del colectivo es por el supuesto robo de información personal a los usuarios de la plataforma, de Mark Zuckerberg, la cual sería vendida a hombres poderosos, según consigna el comunicado difundido en internet por la agrupación.



9. Sus acciones en México incluyen la denominada #OpTequila, realizada en febrero pasado contra la cadena de radiodifusoras MVS como represalia por el despido de la locutora Carmen Aristegui. En junio pasado “atacaron” el sitio web de Iniciativa México, en protesta a lo que llamaron “el robo de ideas” de grandes empresas y con el afán de que no que se aprovechen de ellas. Sus ataques a corto plazo, se sabe, son el Instituto Federal Electoral y los sitios web de los partidos políticos, que, según los ciberactivistas, ya tienen nombre: “Operación Cielito Lindo”.


Click en la imagen para verla en tamaño completo.


 

Blogger Template Sponsored by Top 10 Best Business Web Hosting Reviews Imágen en WAPERS Mas plantillas en Mundo Plantillas - Adaptado por El Mundo como yo lo veo y 5Memes